lunes, 20 de julio de 2009

En la mañana


Hoy cargo las piedras
por las que caí.
Sin sentir ya su peso,
son alimento de mi alma,
su empuje.

He cambiado
soledad en vida,
haciendo mios los segundos
y todos los latidos.

Con lento movimiento
fluyo en calma
por la historia de esta jornada,
en que me he levantado.
Otra vez.

Como ayer.
Como mañana.

2 comentarios:

Lunática dijo...

Tal niño, adormecí con habla al corazón
con promesa vana del venidero día
y él se durmió porque a mi voz no prestó atención,
que no por el sentido de lo que le decía.
Si a éste él atendiera, ¿no volvería en sí
a lo cierto inquirir del goce que le venga?
¿No afilaría él mis palabras para así
la promesa adapatar tal como le convenga?
Pues si durmió, estuvo apenas preocupado
y el sueño de hoy tomó por goce venidero,
el fruto agradeciendo por lo adelantado,
pues que el menor sentido se goza más entero.
Y al corazón con trampa así hago yo traición,
de cuyo engaño sabe él mismo que es porción. (Pessoa)

A los días les damos el sentido que queremos. Ayer, mañana... hoy, levantémonos con soledad sentida; disfrutemos de ella cuando esté junto a nosotros y cuando se esconda.

Max E.G.B. dijo...

Gracias Luna... por leerme, por escribir, por ser y estar ahi.