Solo son las ocho. Podemos esperar un poquito. ¿De acuerdo? Eso propone una autora en la presentación de su ultimo libro, de contenido poemas. Asentimientos de las doce, trece personas que pueblan la sala. Surge algún abanico. Por el calor. La poetisa añade saludos para los amigos presentes. Despacio, por la carga de años, su padre entra. Más saludos. Se establecen dos o tres pequeños grupos. Conversaciónes dispersas. Alguna literaria.
La calle se anuncia por la ventana abierta, que mantiene un arrítmico golpeteo en la contra.
Se percibe el cartel luminoso de un bingo. Una mente programa ir después a jugar uno.. Dos cartones... No más. En la espera la escritora desciende de la parca tribuna, le acompaña la presentadora, autora a su vez. Con la entrada de algunas personas más vuelven a subir.
Ya son.. y cuarto. Vamos a empezar. Comienza a hablar, apoyandose en un papel escrito. Agradecimientos, saludos, evocaciones. Se la escucha. Al poco todo se llena de poesía.
Aplausos. Sé acabó. Más gracías. Dedicatoria. Aplausos finales. Todos van saliendo.
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