jueves, 26 de febrero de 2009

Acabar

Todo paso ya.


Terminó lo
que quizás


no debería haber empezado.

martes, 24 de febrero de 2009

El tiempo de un café (1)


Suena la tele. No se que programa es. El bar esta medio lleno y el mar entero calmado, mucho. Entra alguien con muletas, se le cae una y le cuesta recogerla. Un puño negro, lleno de relojes, se paséa por el local. Entre la orilla del mar y la puerta del local alguien mira para adentro, reconociendo. Un par de chapas caen al suelo. Las muletas descubren que están solas de monedas y salen fuera. Una máquina trocea un embutido que va cubriendo pan. Alguien razona, pule su pensamiento, dándolo generoso a quien quiera recogerlo. De otra máquina sale vapor, cae sobre un cristal, burbujeando se licua. Hay risas en la televisión. El razonador se torna hacía el aparato, con mirada de enfado, las carcajadas parecían acompañar el afilado final de su razonar. El suelo está bastante limpio. Mi ceniza cae en él, quebrándose, esparciendo gris sobre brillos de luces. Se me ha apagado el cigarro; una chispa, una llama y el humo vuelve a acompañar. Más ceniza sobre el papel, mezclándose con las lineas escritas. Una silla es ocupada, cubierta entera, por un trasero azul celeste. Más vapor, más calor. Cambio de ruidos en la tele, sonidos de comienzo. Tazas cubriendo la barra. Algunas personas caminan, van tapándome la orilla. Más pedidos, más tazas, más ceniza, más risas televisivas... Acabo el cigarro, el café y salgo.

sábado, 21 de febrero de 2009

Mirando dentro


¿Estoy pensando en qué?... tantas imágenes surgen... y tan rápidamente... que no puedo agarrarme a ninguna lo suficiente... fumar... me apetece fumar... ¡coño!... ahora la música... un poco "espídica"... me acelera yo que sé por dentro... ¿qué motivo tendrá?... es... como de circo chino... antes justo del gran momento del espectáculo... tierna ahora... y la verdad... que no pienso nada... solo miro el papel, la tinta corriendo... se acabo.


a Aléxis


Este es el resultado de casi un minuto de escritura instintiva o automática. No recuerdo bien como se denomina. Si leo el resultado... no se si la capte bien... jajajaja.

El examen



Permanezco sentado. No he respondido a las preguntas del examen. No se ninguna. Intento pensar. Pero ni siquiera eso sé. Queda tiempo todavía, me entran ganas de fumar.

Ahora el profesor y su manía de la música en los exámenes. Para que nos concentremos dice. ¡Que asco de gusto musical tiene!. Por encima de nuestras cabezas flota una música china de circo, que acelera el pulso y eleva el dolor a mis sienes.

No logro pensar nada sobre las preguntas. Mi papel sigue blanco. Observo como los demás gastan ríos de tinta en los suyos.

Nada. Ni una respuesta viene a mi mente.

Por fin el timbre. Se acabó el examen.


al hermano Lorenzo


Utilizar la escritura "instintiva". He intentado sacarle partido al ensayo de escritura automática anterior. Hay que trabajar lo escrito.... escribir es un oficio...

viernes, 20 de febrero de 2009

Adelante


Deja el valor
así
se irá tu miedo.

Solo camina
sigue caminando.

Ya que partiste
no pares
no mires atrás.

Aunque dejes
algo de tí.

Ya solo
estás adelante.

a Puri.

jueves, 19 de febrero de 2009

El encuentro


- ...Que no... De verdad que no te ví en la biblioteca...
- No te creo cariño. No insistas.
- No me llames cariño, eso ya no tiene sentido entre nosotros.
- Bueno, vale mujer... Pues no te creo y no insistas por que no te voy a creer.
- Que pesado sigues siendo.
- Y tú tan amable siempre... Y educada, como aquel día en la biblioteca.
- ¡Qué no te ví!.- Aquella mujer comenzaba a ponerse nerviosa, sin intentar calmarse continuo.- Déjame que tengo que ir a...
- Siempre huyendo de todo, huyendo de mí.- Le interrumpió el hombre.
- No huyo de nada listo, y menos de tí. Que te quede claro... Aquel día no te ví. Si te hubiera visto... ¿Porqué no voy a saludarte?.
-Por que tienes mala conciencia quizás, tu abandonaste...
El grito de la mujer impidió que él, que ahora la sujetaba por el brazo acabase de hablar.
- ¿Qué yo qué?. Lo nuestro se había acabado hace tiempo... No se porqué me he parado a hablar contigo... Me voy...
Con un brusco gesto se soltó del brazo que la retenía.
El hombre no se movió. La pena invadía su cara mientras la mujer se alejaba de él.


a K.T.

Recontando



"... que sí... que los vi... a los dos... ella mucho decir que ya no... pero creo que ya sí... que siguen juntos... como te digo... ahí estaban los dos... en la calle hablando... ellos no se dieron cuenta de que los veía... si no su actitud hubiera sido otra... hablaban y para mi que muy animadamente... no... no escuche muy bien lo que decían... pero creo que querían quedar en la biblioteca... y que cuando estuvieran allí iban a hacer como si no se vieran... ya... ya se que suena raro... había mucho ruido en la calle... para que veas que tengo razón... te cuento... se llamaron cariño y todo... sí... él no se pudo contener... y aun estando en publico la llego a acariciar con el brazo... aunque ella ya sabes... es un poco mas cortada...¿no?... sííí... se lo aparto... y mira... para disimular se separaron uno del otro sin besos ni nada... pero siempre recordaré la cara de él... llenita de amor por ella... y... ¿sabes?... creo que... hasta vi el deseo en sus ojos..."


a todas ellas...



A veces lo que se ve, lo que imaginamos, no es lo que pasó. Pensando como se podría haber visto el diálogo anterior "El encuentro", escribí este... charla de cotillas...


Parkour



La linea cotidiana
puede cambiar.
Y
aparecer nuevos caminos.
Y
surgir nuevas formas
de pasar,
de avanzar
sobre estructuras conocidas,
pero asi transformadas.
Y
romper las ataduras
urbanas,
fluir libremente
entre todo,
en la ciudad.

a Hansen. fotos Max EGB

domingo, 15 de febrero de 2009

Los granos de arroz


Cuentan que cuando el tiempo aún no era viejo, vivía en el lejano país de los samurais, un carretero llamado Masakatsu. A este, aunque conocía la vieja regla de no dejar ningún grano de arroz sin comer en el plato para no ofender a la madre tierra, su glotonería le llevaba, en el momento de servirse el cotidiano arroz, a tomar mas cantidad de la que podía engullir; de tal forma que siempre, a escondidas de los demás, arrojaba los granos sobrantes.

Siguen contando que al anciano maestro zen Natsu le fue encargado ir a buscar a una lejana provincia un cargamento de arroz. El maestro eligió como conductor de su carromato a Masakatsu. El viaje duraría tres días.

Al acabar la comida el primer día, Masakatsu logro arrojar el arroz sobrante sin que aparentemente el maestro se percatase.

- ¿Masakatsu acabaste todo el arroz de tu plato?

- Seguro admirado y querido maestro, conozco la regla.

Natsu callo.

En la segunda jornada de su viaje, a Masakatsu le costo evitar la mirada del maestro, pero aún así, muchos granos de arroz se perdiéron por el suelo.

- ¿Masakatsu acabaste todo el arroz de tu plato?

- No lo dude querido maestro, no olvido nunca nuestra vieja regla.

Natsu volvió a callar.

En el tercer día, con el arroz cargado y ya de vuelta, a Masakatsu le supuso un alarde, casi malabar, limpiar de su plato el arroz sobrante una vez satisfecha su gula.

- ¿Masakatsu acabaste todo el arroz de tu plato?

- ¡Claro que si maestro!. Me ofende con su pensamiento de que puedo incumplir la amada norma.

Los labios del maestro Natsu permaneciéron pegados.

A la vista de su ciudad, los caballos deseoso de su cuadra, tiraron bruscamente del carromato. Sorprendido Masakatsu soltó las riendas mientras caía al suelo. Con tan mala suerte que los sacos de arroz que transportaban le cayeron encima aplastándole. El anciano maestro intento vanamente liberar al carretero del peso que le asfixiaba, pero desistió al darse cuenta de lo inútil de su esfuerzo.

Acaban contando que mientras Masakatsu dejaba en el aire sus últimos suspiros el viejo maestro Matsu se sentó mirando al horizonte mientras una vez mas callaba.


A Mishima

Un tímido intento de cuento a la manera tradicional. Siempre me sentí atraído por esa regla del código Samurai.

Las sobras


"Que si sr.comisario... que fue así como se lo cuento... que el filado... ¿como dice?... ¿finado?... a... pues eso... que el finado era muy tragaldabas... el campeón de los tragones... cosa exagerada oiga ud. ... siempre se lo decía... que para de comer... que no tragues tanto... que algún día ya veras... pero él siempre cogía y comía mucha mas comida que ninguno... y ayer era sábado... ese es el día con mas clientes en la hamburguesería de autos... sr. comisario... observa ud. mi léxico ¿verdad?... que uno... aunque ahora sea un ruina como nos llaman... ha tenido su educación... su cultura..."lo que sepas no te pesara en el camino "... eso me decía mi abuelo... y eso es verdad... si sr.comisario... vale... vale... me circunscribo a los hechos... como le decía ... ayer era sábado... muchos clientes...mucha comida tirada... como siempre... da pena la verdad... así que... cuando no llevábamos ni diez minutos rebuscando entre los contenedores...yo ya tenía bastantes hamburguesas...claro...estas no están enteras.... aunque hay algunas que casi si... ¡ya vale!, vamos a comer... le dije al finado... ¿amigos dice?... no ...no éramos amigos... aunque el estar en la calle une sr.comisario... así que me retire con el producto de mi búsqueda y un tetrabris... ¿tetrabrik?... pues bueno... pues con eso... que era de vino peleón del bueno... ya tenía yo bastante... pero el busca que te busca a por mas comida... acabando el vinillo me entro sueño ¿normal no?... él estaba come que te come... cuando desperté entre los contenedores... vi que el finado estaba boca abajo... ¿si?... si sr.comisario... la cabeza la tenía encima de una de sus vomitonas... al lado suyo había tres o cuatro hamburguesas mas... pero seguro... se lo digo yo... murió por tragón... hagame caso sr.comisario... el solito se mato."


a don Pío.


Este cuento es el intento de adaptar al tiempo actual, la anterior narración (la del arroz). Muy libremente por supuesto.

viernes, 13 de febrero de 2009

Los tres primeros Micros

La he borrado.

A su nombre en mi piel no.

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Nadie lo entendió.

Así que nadie se enfadó.

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Sufrí porque amé poco.

Soy feliz amándome más.


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El sueño


                    Voy a contar el sueño
                    de una niña.
                               Soñó
                    que se enamoraba,
                               soñó
                    que el hombre de su vida
                                                         pasaba a su lado,
                                                                    soñó
                                                         que le seguía.

                                                         Y así vivió su sueño.
                                                         Y soñando... vivió.

                                                                        a Chamaida

jueves, 12 de febrero de 2009

Nuestro turno


"No hay mal que por bien no venga"

Hoy si nos toca. Estamos saliendo de la apestosa cabaña. Ayer estuvimos a punto de salir, pero al final no. Ahora la suerte nos acompaña, caminamos hacía los hornos. Hay lágrimas, pero unos pocos sonreímos comprendiendo. Brillan nuestras estrellas amarillas.
Tenemos hambre y sueño, ambos viejos. Eso lo vamos a olvidar. En unos instantes podremos dormir hasta hartarnos.
Sin atropellarnos, hasta con educación, vamos entrando.
Aprovecho para mirar por última vez el sol.

Contacto


a Yaiza

Se que el día entro por la ventana... pero quiero seguir en la noche... aunque ya se haya ido... nuestra chateada noche.
El calor de desearte esta ahí, entre mis piernas... un dolor casi inaudible revela que ha dormido conmigo.
Tengo una mirada conocida, pero tus letras siguen alimentando mis ojos... mientras mis dedos continúan buscando palabras para que las mires.
Me siento llegar al saber de hoy desde el desconocer de ayer... la duda de tu sentir me mueve inquieto.
Aun así, no discuto la realidad de tus primeros pasos por el pasillo... viniendo a compartir mi espacio... a navegar por entre el mar de sábanas... húmedas cuando lleguemos a nuestro puerto.
Todavía por hacer.